INDIA: SOMEWHERE IN THE WEST COAST

I DON'T KNOW WHERE I AM.. 

BUT I FEEL... THAT IT IS.. IN THE WORLD END..

INDIA: LA PLAYA

La llegada a la playa no fue tampoco la imaginada… a la una de la noche me encontraba en la estación de Morgaw , sin plan, sin hotel y sin saber dónde ir...

Cogí un taxi y fui a buscar habitación para pasar el resto de la noche, y ya de buena mañana dedicir que playa me haría estar más tranquila y relajada. Pero anduvimos hotel por hotel hasta las cinco de la mañana sin éxito y finalmente le pedí que me devolviera a la estación de tren, donde podría coger un autobús hacia Palolem a las 6 de la mañana… así que seguí con la espera en la “sala de mujeres” junto con Pedro (un chico portugués con el que compartiría la aventura playera posterior)...  cuando nos dirigimos a buscar el autobús, dos chicas españolas nos propusieron compartir un tuc-tuc e ir para Palolem, pero Pedro tenía un nuevo destino que me motivo: Padnem. Una vez allí, con alguna que otra sorpresa en forma de serpiente de 5 metros durante el trayecto, viendo Salir el sol, empezamos a buscar un sitio donde dormir… yo lo vi bastante claro, una habitación por 300 rupias, en la playa tocando la arena... las chicas querían más calidad así que fueron a su aire (posteriormente supe que acabaron en Palolem, pagando 2000 rupias cada una...) y Pedro decidió buscar algo más digno (la habitación que escogí tenia medio tejado...) Pero con la espera receba una llamada de Pedro que había encontrado una casa inhumana por 500 rupias. Así que me dirigí una playa más al sur y firme por esa casa de sueno al lado del mar... No lleve la cuenta de los días que allí estuve con él, pero ahora me parecen pocos...

Compartimos una bonita aventura playera, llena de silencios y sonrisas tiernas… las palabras sobraban ante tanta belleza natural…

Esperando a sentirme mejor de la lesión, y gozando de un bienestar interior desconocido hasta entonces, dedique esos días a practicar eso que yo llamo: sistema deriva. Ir donde tus pies te lleven cuando tu cabeza lo quiera… Algunas veces sola, otras acompañada, con bicicleta, moto o a pie, recorrí las playas del sur de Palolem hasta que mi cuerpo pidió “blocar”... tenia muchas ganas de llegar a Hampi... y ahora creo que unos días mas, tal vez semanas, hubieran estado bien pasarlas en la playa…

Cuando nos aposentamos en Palolem aun no había nada montado, ni la calle comercial tenia las tiendas, ni los restaurantes estaban abiertos… me encantó… km y km de arena virgen para recorrer, horas y horas de un silencio roto solo por el sonido del mar… un gustazo… inhumano.. Difícil de explicar… sentía cada parte de mi cuerpo relajarse en la arena... olor a sal... sabor a sal… a mar… recuerdos de los paseos por la playa a las 7 de la mañana con mi padre...cuanto hace de eso?? Un montón… y aun no entiendo por qué se acabo… redescubrí de nuevo mi amor por el mar... en casa siempre hemos sido de mar (cursos de vela ligera, un barco esperando en el puerto...)... lo de la escalada vino después... y ese horizonte azul… cuanto placer con solo mirar…

Y pronto empezaron a montar la parte turística… que desastre… pase de estar sola en la playa o con un callado Pedro, a tenerla que compartir con una pareja...luego dos… y luego una multitud (10 personas?jajajaj) empezamos a frequantar el restaurante Namaste, kingfish como plato principal en cada comida, zumos de papaya y arroz como base… un gustazo.. todo más qué bueno!

Y entre comidas, un poco de “Cristóbal Colon” descubriendo parajes nuevos e inhóspitos…

No sabría explicar donde estuve, ni el nombre de cada una de las playas a las que fui, pero no tiene más secreto para encontrarlas que ir a cualquier cruce en la carretera y preguntar por la playa… todas son preciosas, vacías, de sueño…

(…)

La playa… el lugar donde encontré la calma… el bienestar interior que necesitaba… el silencio… y el amor por lo bello…sin más… el secreto de gozar observando...