A las nueve de la noche cogía el autobús “sleeper” para Hampi. Hay dos empresas para estos trayectos que conectan Hospet o Hampi con Bangalore, Goa, etc.
Paulo es la más antigua y ofrece menos posibilidades: las literas para dormir son siempre compartidas y el interior está bastante deteriorado. Island es la segunda, más nueva y con la opción de viajar sólo en los compartimientos… porque lo cuento esto?? Yo no lo sabía y me encontré un gran hindú de 200 kg esperando tumbado en lo que debía ser una parte de mi litera… ( No veas la cara que se me quedo… un poco mas y… bueno… muero..) tuve la suerte de encontrar una chica californiana (Rachel) con la que al final compartí la litera de dos… uff.. menudo bajón!! y así tumbadas anduvimos el trayecto medio dormidas, medio congeladas hasta unos kilómetros cerca de Hampi.. (las ventanillas no cerraban y la temperatura exterior era de 15 grados…) Viendo salir el sol descubrí a la lejanía los primeros indicios de la llegada a Hampi… no me lo podía creer.. eran esas mismas tierras las que habían enamorado a tantos escaladores… entre ellos Me-well.. eran esos mismos bloques a los que tantos bloqueros habían destrozado las yemas.. cuanta piedra.. que infinito era el infinito! Me emocione…de nuevo… estaba feliz, me sentí llena de alegría, de… y me faltaba poderlo compartir… Rachel no entendió muy bien lo que mi interior sentía.. pero supo apreciar la ilusión de estar llegando a Hampi, paraíso para los escaladores…
No cabía en mí de tanta emoción…diossss… en Hampi!! Me faltaban piernas para llegar más rápido al rio, cruzarlo y correr hacia el Goan Corner.. No tuve tiempo de mas, ni me di cuenta de toda la arquitectura que esta cuidad contiene, solo tenía ojos para entender ese extraño urbanismo y ubicarme para llegar al barco.. rápido llegue al agua, y vi por primera vez el baño del elefante… por aquel entonces no supe que era tan extraordinario, pero si me sorprendió. El camino hacia el Goan se me hizo eterno, no sabía si era el correcto y el ansia me podía… hasta que pregunte y pronto lo vi… dios… el Goan Corner… allí estaba… emoción de nuevo y nervios… muchos nervios…
Entré, dubitativa… y allí estaba Israel para recibirme… y Sharmila… no pude decir más que un: tú eres Sharmila! Y rápido lagrimas de emoción, y una explicación posterior del porque sabía tantas cosas del Goan y estaba tan contenta de estar allí con ellos. Miguel, siempre dejando buen sabor de boca..
Habitación sin baño, lejos de las gallinas (por fi), y con posibilidad de compartirla..
Y una vez dejado todo el material, tocaba “hacer amigos”. Primero unos americanos poco fanáticos que pronto olvide (los echaron por abrir a plena noche el corral de los conejos) y después lo que sería mi gran familia: el team austriaco: Andy, Sthephan y Manuel (mi gran favorito) Esa misma tarde fuimos a matar las ansias… 6c+ hampiano, como primer bloque fanático y pronto 7a al primer pegue: BIEN! Sin conocernos, cuanta complicidad y cuantas ganas de descubrir esos horizontes bloqueros juntos…
Bi, Cyril, David, Sandra, Jesus y Felix (ese team spanish!! PACO A MUERTO!)
Shtephan, Andy y Manuel, mi gran familia austriaca (soon.. The Master of Zillertal!)
Adquirimos la guía para tener una idea de la zona, y empezamos a hacer de Cristobalitos.. qué risas y cuantas ganas de comernos el mundo! Y por la noche…el festival! Había un grupo de españoles rondando los bloques también, al que nos añadimos fácilmente… diosss, la familia se hizo gigantemente inhumana! David, Sandra, Félix, Jesús, y Cyril han sido el apoyo incondicional a estos primeros (y unicos) días bloqueros…
Hay un montón de cosas por contar, bloques que describir, experiencias y aventuras.. pero resumiendo podría narrar la incapacidad por describir la magnitud de este paraje, la infinidad de piedra, de colinas rellenas de bloques escalables.. y la importancia de compartir.. cada momento (bueno y malo) …
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